“Romper con una relación, o aceptar que la que se tiene ya está profundamente dañada, es algo muy doloroso, más de lo que la mayoría de las personas podemos soportar.

 

La frustración, la impotencia, la culpa, la decepción y el enojo, son algunos de los sentimientos más amargos que todos alguna vez hemos sentido y que, desafortunadamente muchas veces provienen de la ruptura de una relación, del infierno de vivir en una que simplemente se ha convertido en un torbellino tóxico que parece destrozarnos por dentro, o bien del no encontrar a la persona indicada para compartir nuestra vida e ir de fracaso en fracaso… Cuantas veces te has preguntado:

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¿Por qué me enamoro de la persona equivocada?

¿Por qué no me corresponden como deseo o cómo merezco?

¿Por qué doy más de lo que recibo?

¿Por qué terminó en relaciones tóxicas o abusivas?

¿Por qué mis relaciones terminan en ciclos de codependencia?

¿Por qué no puedo dejar ir a mi pareja?

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Pero, la pregunta más importante que deberíamos hacernos y que, muchos probablemente ya se han hecho es: ¿Será que soy yo el problema?...